Capítulo 2: La mañana siguiente

A la mañana siguiente, Suryan se fue a buscar piedras y ranas. Era una fanática de las colecciones y aprovechó para recoger algunos elementos más de las que ya tenía empezadas.

Mientras, Luan, se dedicaba a programar en el ordenador, se le daba muy bien y estaba practicando para intentar hackear a una empresa muy importante.

Pero en ese momento de soledad, frente al ordenador, su cabeza le recordó por qué estaban allí y no pudo evitar ponerse a llorar.

Suryan había encontrado varios cristales, pero de pronto sintió una fuerte necesidad de empezar a andar. No sabía muy bien a donde iba, pero algo la estaba llamando y necesitaba descubrir que era.

Al llegar, se quedó sin palabras debido a la belleza de lo que estaba viendo. Cuando se dio cuenta de donde estaba, llamó a su hermana, quien llegó corriendo junto a ella.

Ambas se quedaron asombradas, nunca había visto algo así y no recordaban ese sitio de cuando eran pequeñas.

− ¿Qué hacemos Luan? Esto no estaba aquí cuando éramos pequeñas.

−Lo sé, pero desprende un aura mágica muy atrayente. ¿Tú también oyes eso?

−Sí, ha sido lo que me ha traído hasta aquí. ¿Lo atravesamos?

A Suryan no le dio tiempo a acabar de formular la pregunta cuando su hermana ya estaba a punto de entrar en el portal

− ¡Luan espera!

Pero su hermana ya había desaparecido entre la aurora mágica así que no lo dudo ni un momento y la siguió adentro de ese maravilloso portal.

Al llegar, las dos quedaron más maravilladas que con el portal. No sabían que lugar era ese ni dónde estaban, solo sabían que se sentían como en casa y era una sensación preciosa.

−Suryan, ¿dónde estamos?

−No lo sé, pero es precioso.

−Vámonos de aquí, no hay nadie más y ya es tarde

Las hermanas volvieron a atravesar el portal de vuelta a casa, pero antes de hacerlo, Suryan vio algo brillante en el suelo, era una llave. Se la guardó y siguió a su hermana de vuelta a casa. Estaba preocupada, nunca había visto a Luan tan asustada.