Pasaron los días, las semanas y aproximadamente 2 meses y Suryan y Luan seguían entrenando, casi no pisaban su casa y se pasaban el día en el sótano del palacio del Reino Mágico.
La conexión entre Sarah y Luan era más que notable y todo el mundo lo sabía. Ellas se negaban a admitirlo, por eso de que son brujas y no pueden tener relaciones, pero la realidad es que tanto la una como la otra se morían por expresar sus sentimientos y poder comenzar una relación de amistad y de pareja.
Un día, Luan estaba harta de esperar algo que nunca iba a llegar así que decidió arriesgarlo todo, perder a su hermana, perder a Sarah e incluso morir, pero necesitaba decirle a Sarah lo que sentía.
−Buenos días, ¿Qué tal se duerme por este sótano?
−Un poco mal la verdad−Luan y Suryan estaban durmiendo en el palacio, las camas no eran muy cómodas, pero así no perdían tiempo de entrenamiento−A mi hermana a mi nos duele mucho la espalda, pero todo sea por conseguir revivir a nuestros padres.
Ambas se rieron. Sarah estaba enamorada de Luan, de ella y de su fortaleza y constancia. Era la sabia de la magia práctica y había enseñado a muchos aprendices, pero nunca había conocido a alguien tan trabajador como Luan y su hermana, pero Luan tenía algo especial que a Sarah le encantaba.
−Emm, oye Sarah, ¿puedo decirte una cosa?
−Claro dime
−Esto… verás
−Venga Luan, que llevamos meses juntas, ¿ahora te va a dar vergüenza hablar conmigo?
−No, no es eso, es que… −Luan se hartó de no saber que decir así que cogió a Sarah por la cintura y la besó. Era la primera vez que besaba a alguien, pero Luan sintió que ese era el momento perfecto para hacerlo.
Al separarse, Luan se puso tan roja como un tomate y Sarah se quedó bloqueada.
−Lo siento, yo… Sé que no podemos tener nada, que no podemos siquiera ser amigas, pero necesitaba hacerlo. Entiendo que, si no quieres nada, esto se limita a una relación de aprendiz-maestra y ya está, te lo prometo
Luan tenía muchas ganas de llorar por lo que, sin darle tiempo a hablar, salió corriendo a su “cuarto”, se encerró en él y echó a llorar.
Sarah no sabía qué hacer, ella también sentía algo muy fuerte por Luan… Desde que calló la maldición, cuando dos sims brujos se besaban, automáticamente se llenaban de ira y comenzaban a luchar, pero en este caso no estaba pasando nada de eso, Sarah estaba feliz por haber recibido un beso de Luan, necesitaba encontrarla y hablar con ella. Ahora que sabe sus sentimientos, no puede perderla, aunque eso signifique morir.
Tras varios paseos por el palacio, Sarah escuchó llorar a Luan en su habitación
−Luan, sé que estás ahí dentro, quiero hablar contigo por favor
−Sarah, lo siento mucho de verdad, no quería hacer nada que estropeara lo bien que nos llevamos
−Precisamente de eso quiero hablarte, no has estropeado nada, has hecho algo que yo no me he atrevido a hacer en mucho tiempo
Luan se secó las lágrimas y abrió la puerta.
−Lo siento… −no quería mirar a Sarah a los ojos así que se dio la vuelta y se sentó en el suelo.
−No no no, no lo sientas Luan, no has hecho nada malo, es solo que estaba esperando que ocurriera algo fatídico, pero no ha sido así, venía a decírtelo
−¿Cómo que algo fatídico? −Luan miro a Sarah con miedo, sabía que había incumplido la norma principal del reino mágico, pero no sabía que era tan grave
−No te asustes Luan−le puso las manos en las mejillas−no ha pasado nada, seguimos aquí las dos, juntas, y sí, te quiero, te quiero como nunca he querido a nadie y ojalá pudiéramos tener algo más serio, pero no podemos…
−Ya lo sé Sarah, sé que no podemos, pero… ¿No podemos tener una relación aprendiz-maestra con derechos? Te necesito y lo que siento por ti es muy fuerte… Necesito sentirte cerca Sarah…
Sarah se emocionó al escuchar a Luan, nunca la habían dicho cosas así así que la besó. Amabas sabían que lo que estaban haciendo estaba mal, pero en ese momento solo estaban ellas.
−Luan, por favor, prométeme que pase lo que pase ni tú ni tu hermana vais a mirar en la estantería del sótano. Sois demasiado inexpertas para leer esos libros y podríais acabar muy mal
−Te lo prometo, no tocaremos nada−Luan sabía perfectamente que esa misma noche iban a mirar en la estantería.
Sarah y Luan se despidieron con un bonito beso.
−Nos vemos mañana guapa, que descanséis
−Hasta mañana
Suryan volvió de entrenar con Scott un poco más tarde de que se fuera Sarah
−Hola, estoy agotada Luan, Scott me va a matar, me tiene todo el día removiendo en el caldero para aprender las pociones básicas…
−Pero si te encanta estar con él boba
−Eso es cierto, pero aún así me va a matar−Suryan se tiró en su cama−Es tan guapo…
−¿Qué dijiste? ¿Quién es guapo? −Luan se sentó al lado de su hermana
−Nadie nadie, ¿tú que tal? ¿qué tal con Sarah?
−La he besado
Suryan se levantó tan rápido que se mareó−¿¡QUE HAS HECHO QUÉ!?
−Pues eso, que nos hemos besado…
−¿Por qué? ¿Qué pasa con eso de “eternamente solas”? −Suryan dijo estas dos últimas palabras en un tono sarcástico y Luan no pudo evitar reírse
−No lo sé, me ha dicho que podría haber pasado algo malísimo pero que no ha sido así… No sé pero me alegro de no haberme muerto, tenía muchísimas ganas de besarla
Suryan se emocionó tanto que abrazó a su hermana muy muy fuerte
−Suryan, no puedo respirar
−Perdón, pero casi te pierdo por que te gusta una chica…
−Pero no ha sido así, hemos ganado las dos, yo he besado por fin a Sarah y tú sigues teniendo a tu hermana−Luan revolvió el pelo a su hermana, sabe que odia que hagan eso
−¡Para! −ambas se echaron a reír
−También me ha dicho que no podemos mirar en la estantería
Ambas se miraron, Suryan cogió una linterna y fueron corriendo a ver que pasaba con la estantería misteriosa
−Yo no veo nada raro Luan…
−Espera, no hables tan pronto−Luan cogió un libro negro, que, a pesar de su color oscuro, resaltaba sobre los demás− “La historia del reino mágico”
Amabas se miraron y empezaron a leerlo.
Suryan empezó a leer en voz alta.
“Hace algunos años, cuando Alatar y Gwen contrajeron matrimonio, una maldición calló sobre todos los brujos, condenándolos así a la soledad eterna. Todas las relaciones empezaron a romperse, todos los brujos discutieron sin razón alguna, algunos incluso llegaron a morir.
No se sabe quién maldijo Glimerbrook, pero quien haya sido, acabó con las relaciones de muchos de sus compatriotas. Pero sin duda, lo más doloroso para el Reino Mágico fue perder a Alatar y Gwen.
El día del cumpleaños de sus hijas, Alatar y Gwen tuvieron una sobrecarga mágica debido a la ira que habían acumulado por una fuerte discusión”
−Ya basta…−Luan tiró el libro al suelo, ambas estaban llorando. Sabían que sus padres no habían muerto por un rayo, pero no se imaginaron que fuera por culpa de la maldición
−Papá y mamá se mataron entre ellos…
−No, no se mataron, les obligaron a pelear y eso acabó con ellos
−Luan, no podemos discutir nunca por favor…
Ambas hermanas se fundieron en un fuerte abrazo y decidieron abandonar el reino mágico una temporada. Iban muy adelantadas en su entrenamiento y después de lo que acaban de leer no podía estar ahí.
Antes de irse, les dejaron una nota a Scott y Sarah: “Chicos, hemos leído el libro de la estantería. Necesitamos irnos de aquí un tiempo. Muchas gracias por ayudarnos a crecer como brujas. Os queremos. Suryan y Luan. PD: Sarah, te quiero”
Dejaron la nota en la mesa de Scott y se fueron.
Que bien que las dos sienten los mismo❤️❤️😍 estly supwr intrigada con esa maldicion🤭🤔🤔🤔🤔🤔