Suryan y Luan no habían vuelto a aparecer por el Reino Mágico desde que leyeron el libro, no habían hablado ni con Sarah ni con Scott. Tampoco habían hablado entre ellas, de hecho, hacía semanas que ninguna de las dos se dirigía la palabra, no estaban enfadadas, pero para ellas era muy difícil asimilar lo que descubrieron sobre sus padres.
Suryan necesitaba a su hermana más que nunca, pero, dadas las circunstancias, había desarrollado un sentimiento nuevo hacia ella, no era odio, no sabía muy bien lo que era, simplemente no tenía ganas de estar con ella. Cuando se encontraban por casa apenas se miraban, comían separadas, nunca hacían nada juntas y ya no se ponían cada noche a mirar las estrellas.
A Luan le pasaba lo mismo a que su hermana, no le nacía estar con ella, no se sentía a gusto a su lado, no la odiaba, pero necesitaba espacio. Pasó los días pegada al ordenador programando, era una de sus actividades favoritas, y cuando necesitaba descansar la vista se dedicaba a hacer ejercicio para descargar emociones.
Había recibido varios mensajes de Sarah, pero ni siquiera era capaz de leerlos. Luan no sabía cómo gestionar lo que pasó con ella, era su primer beso, era la primera vez que decía lo que sentía a alguien que no fuera su hermana, había besado a una chica, pero no era una chica cualquiera, era una sabia de la magia práctica.
Estos pensamientos inundaban la cabeza de Luan todas las noches y eso hacía que se quedara hasta muy tarde despierta. También se ponía a pensar en su mejor amiga, Nova Blackwood, se conocían desde pequeñas, pero, al irse Luan de Brindleton Bay, perdieron el contacto y eso a Luan le había afectado casi tanto como tener que empezar de cero.
Suryan tampoco hacía mucho más que su hermana, solo salía de casa para excavar y recoger algunos cristales, pero no tardaba nada en volver a casa, no tenía ganas de volver a sentir la necesidad de ir al portal mágico.
A veces también se ponía a pintar algún que otro cuadro, pero tampoco estaba muy inspirada para que le saliera alguno bonito (o al menos a ella no le parecían bonitos) así que decidía tirarlos todos a la basura.
Scott, al igual que Sarah, tampoco paraba de mandarle mensajes a Suryan, pero esta tampoco los respondía. No quería tener nada que ver con el Reino Mágico y había decidido dejar a un lado sus sentimientos, tanto por Scott como por Gerald, aunque con este último lo tenía más fácil ya que no le había vuelto a ver desde que se presentaron todos.
Ella tampoco podía dormir por las noches, se quedaba hasta tarde pensando y recordando viejos tiempos con su hermana y con sus padres. Echaba de menos su vida anterior, con sus amigos, con sus padres, con su hermana. Echaba de menos la playa de Brindleton Bay e ir a ver los atardeceres con su pandilla. Cuando se fueron de allí perdió el contacto con todos, ninguno le había mandado ningún mensaje ni se había molestado en preguntar cómo estaban así que Suryan decidió que ella tampoco iba a hacerlo. Echaba de menos a su “novio”, John Brown, nunca habían dado el paso de formalizar su relación, eran adolescentes y ninguno de los dos querían atarse tan pronto a una persona, pero se querían muchísimo.
Al despertar, ambas se quedaban aproximadamente media hora en la cama, tumbadas, intentando encontrar fuerzas para afrontar el día, pero, lo que no sabían es que ese día iba a ser distinto.
Sarah y Scott eran vecinos de Suryan y Luan y habían pasado los dos últimos meses observándolas, controlando que no las pasara nada a ninguna de las dos, dispuestos a volver a entrometerse en la vida de las hermanas en caso de que les pasara algo.
Ambos habían decidido mantener las distancias con las hermanas, ya que así lo habían deseado en la nota que les dejaron y sabían que habían descubierto el libro en el que se contaba toda la historia de sus padres, sin embargo, Sarah no aguantaba más el hecho de no poder consolar a Luan, necesitaba demostrarle que estaba ahí para ella y que no se iba a ir a ningún lado así que, esa mañana, decidió llamar a Scott e ir juntos a casa de las hermanas. Ya era hora de que salieran de casa y se olvidaran de los problemas.
Sarah llamó a la puerta y, mientras esperaban a que abrieran, tramaba un plan con Scott.
−Entonces tú te llevas a Suryan de picnic y yo me quedo con Luan en casa ya que probablemente no le apetezca mucho salir.
−Así es, pero recuerda, nada de hablar de magia ni del Reino Mágico ni de lo que leyeron en el libro. Cuando ellas estén listas lo hablarán con nosotros.
Sarah y Scott chocaron puños y justo en ese momento, Luan abrió la puerta.
−Chicos… ¿Qué hacéis aquí? – por su voz, se notaba que no tenía ganas de hablar con nadie.
Justo en ese momento bajó Suryan por las escaleras
−¿Quién…? Ah hola chicos− nunca habían visto a Suryan tan seria como lo estaba ahora mismo. Tanto Sarah como Scott se habían dado cuenta de que las hermanas necesitaban despejarse.
−Hola chicas−Sarah intentó sonar lo más amable posible, pero ver a Luan tan triste había hecho que ella también entristeciera.
−Buenos días chicas, hemos venido a pasar el día con vosotras
Suryan se acercó a la puerta −Veréis chicos, os lo agradecemos un montón, pero no tenemos ganas…
−No nos sirve un no por respuesta así que venga, vístete que te vienes conmigo a un sitio muy bonito− Scott esbozó la mejor de sus sonrisas para intentar animar a Suryan quien subió desganada a cambiarse de ropa.
Mientras Suryan se cambiaba, Sarah se acercó a Luan para hablar con ella – Tú y yo nos vamos a quedar aquí, sé que no tienes muchas de salir a la calle así que he preparado una maratón de pelis de miedo para verlas juntas− Sarah rodeó con un brazo a Luan y esta no pudo evitar sonreír, en el fondo la hacía mucha ilusión que Sarah se hubiera presentado en casa.
Suryan terminó de prepararse y bajó con Scott.
−¿Estás lista?
−No pero bueno, supongo que me vendrá bien tomar un poco el aire
−Venga anda, que nos lo vamos a pasar genial y seguro que encuentras cristales nuevos para tu colección
Suryan no pudo evitar reírse al escuchar a Scott, estaba muy feliz de tenerle en casa.
Scott llevó a Suryan a un estanque en medio de un bosque, había preparado una manta para tumbarse los dos y comer juntos.
−¿Te gusta?
−Sí, el sitio es muy bonito Scott−Suryan se sentó en la manta y Scott se puso a su lado
−Ven, túmbate conmigo, vamos a ver las nubes
Suryan no pudo evitar reírse al escuchar a Scott “discutir” con ella sobre las formas de las nubes y eso para Scott era como música. Realmente se estaba enamorando de Suryan y le encantaba ver que podía hacer algo para que ella fuera feliz.
Cuando Scott dijo eso, se hizo un silencio un poco incómodo pero enseguida supo que hacer y decidió hacerle cosquillas a Suryan
Ambos estuvieron un buen rato riéndose y Scott no podía para de mirar a Suryan. Le estaba encantado verla tan feliz y realmente estaba disfrutando de su compañía. Ambos sabían que lo que estaban haciendo estaba mal e iba en contra de las reglas, pero como había dicho Scott “nada de magia ni nada sobre el Reino Mágico”, eran solos ellos dos y lo estaban disfrutando mucho.
Suryan se puso encima de Scott y en ese momento, en ese cruce de miradas, la magia hizo todo su trabajo y ambos sintieron una fortísima conexión.
A pesar del momento tan bonito que estaban viviendo los dos, Scott sintió la necesidad de besarla, pero sabía que no podía hacerlo, así que se le ocurrió un plan mejor.
Scott no dijo nada, simplemente se acercó a la orilla del lago y la tiró al agua
−¡SCOTT! QUE ESTÁ MUY FRÍA −A pesar del susto, Suryan no pudo evitar reírse como una niña pequeña y cuando se quiso dar cuenta, Scott estaba en el lago con ella
−Pues sí, si que está fría−Scott se echó a reír sin darse cuenta de que Suryan estaba a punto de salpicarle así que tragó toda el agua.
−Eso por tirarme al agua
−Si en realidad te lo estás pasando genial− y se acercó un poco más a Suryan
−Pues sí la verdad, muchas gracias otra vez por traerme aquí, es un sitio precioso, pero ahora por tu culpa estamos empapados
−Eso se arregla fácil, pero vamos a quedarnos un poco más aquí, no se está tan mal en realidad
Pasaron un buen rato en el agua, salpicándose y riéndose los dos.
Al salir, Scott hizo un hechizo para cambiarse de ropa. Había dicho que nada de magia, pero Suryan estaba empezando a tener mucho frío.
Cuando se le pasó el frío, Suryan se acercó al muelle a ver el lago.
−¿Quieres que te tire otra vez? −Scott la asustó por detrás y Suryan pegó un brinco
−No por favor, ha estado muy bien pero el agua estaba muy fría
−No seas exagerada, si estaba de maravilla
Ambos se miraron y se rieron a la vez.
Suryan se sentó en el borde del muelle y Scott se puso a su lado
−¿Sabes? Hacía mucho que no me lo pasaba tan bien. En mi antiguo pueblo siempre iba con mis amigos a la playa a ver los atardeceres y a jugar un rato a lo que fuera que se nos ocurriese en ese momento
Scott miraba con admiración a Suryan, le hacía realmente feliz hablar de su antiguo pueblo y se le notaba en el brillo de los ojos
−Una vez, estaba en la playa con un amigo y se me había pasado el toque de queda y mi padre vino súper enfadado a la playa a buscarme. Estuve sin ver a mi amigo casi dos semanas− Suryan se rio al recordar ese momento, a pesar de ver a su padre tan enfadado, le hizo mucha gracia verle la cara cuando vio que no estaba sola
De repente, Suryan se quedó callada, echaba de menos a sus padres, mucho.
Scott la vio mirando al agua y decidió contarle algo sobre su pasado para que se le olvidarán los malos pensamientos.
−Yo una vez estaba en el colegio y era la hora de irse. Todos mis amigos salieron conmigo de clase, pero a mi se me había olvidado una cosa y volvía por ella, con tal mala suerte de que justo al entrar en clase, se cerró la puerta de golpe y me quedé atascado −Suryan no pudo evitar reírse− Sí sí, ríete pero estuve 4 horas encerrado en clase hasta que vino una mujer a limpiar y me sacó de allí
Ambos se estuvieron riendo bastante rato hasta que se hizo un poco tarde y tuvieron que volver a casa, pero antes…
Scott estaba dispuesto a decirle lo que sentía a Suryan así que cogió aire y fue a por ello.
−Suryan, sabes que eres preciosa, ¿no? Y que desprendes una luz capaz de iluminar hasta el más oscuro corazón. Me gustas mucho, pero entiendo si no estás preparada para una relación
Suryan no supo que decir, pero sí que hacer
−No estoy preparada para una relación Scott, pero tú también me gustas a mí, mucho la verdad
−Bueno, podemos ser amigos, aunque con ciertas ventajas− sonrió y le robó otro beso a Suryan
Después de unos cuantos besos más, Scott llevó a Suryan a su casa, quería pasar más tiempo con ella a solas y sabía que Sarah estaba en casa con Luan.
Al llegar a casa de Scott, los besos siguieron y el ambiente se iba caldeando
Y ambos subieron a la habitación de Scott. Sin embargo, como no podía ser de otra forma con dos personas bastante torpes, entre beso y beso se cayeron al suelo.
Después de un buen rato en el suelo, se tumbaron en la cama. El ambiente cada vez iba siendo más caliente y los dos se tenían muchas ganas, pero…
Scott tenía razón, iban a sobrepasar un límite que estaba totalmente prohibido debido a la maldición de Glimerbrook y Suryan estaba de acuerdo con él, ella tampoco quería que le pasara nada así que se quitó de encima y le abrazó.
Y ambos se quedaron así un buen rato, hasta que Suryan empezó a hacerle cosquillas a Scott y este la levantó con los pies
El ambiente se llenó con las risas de Suryan, estaba disfrutando como una niña pequeña y Scott estaba muy feliz de tenerla en su casa, pero ya era la hora de irse así que se vistieron y bajaron a la puerta.
−Me lo he pasado muy bien Suryan
−Yo también Scott, muchas gracias por todo
Y despidieron con un bonito beso.
Mientras tanto en casa de Luan, ella y Sarah estaban haciendo otras cosas que no eran ver películas de miedo.
Su idea principal era darse un baño, pero entre beso y caricia, se les pasó llenar la bañera.
Sarah y Luan se lo estaban pasando muy bien. No paraban de reír y de besarse y, al igual que estaba pasando en casa de Scott, la temperatura empezó a subir entre ambas.
A diferencia de Scott y Suryan, Sarah y Luan no pudieron aguantar las ganas y sobrepasaron el límite. Ambas sabían a lo que se enfrentaban, pero esa noche era especial y no podía acabar de otra forma.
Esa noche, Luan y Suryan se fueron a dormir muy felices. Después de dos meses, habían hecho algo distinto y habían estado con las personas que las hacían felices.
Wow!! Que bonita la tarde con Scott. 😍😍😍 Se ve q ha ocupado el corazoncito de nuestra chica!! Y bueno Luan pues una alegria pal cuerpo tu di q si, pero y la maldicion??? , estoy asutada en este momento!! 😱😱😱😱